6 abr 2010

Sobre el Arte, en Marx y Engels. Exposición sobre selección de textos

Por Cecilia Castilla

En la reunión del día 25 de marzo, trabajamos con una selección de textos del libro llamado “Sobre el Arte”. Es una recopilación de escritos de Marx y Engels acerca del arte y la literatura, realizada por Mijail Lifshitz (critico soviético).
El libro está ordenado alrededor de temáticas y en ellas se presentan los escritos por orden cronológico. Al no haber un hilo conductor de desarrollo, pensé en 4 grandes ejes, sobre los que se puede empezar a intercambiar opiniones.

En primer lugar, me parece importante rescatar los conceptos de trabajo como proceso creativo. Objetivación del hombre, de sí mismo, en el mundo objetivo y desarrollo de sus sentidos. Fetichismo. Surgimiento del arte. Relación producción, objeto, recepción.

En segundo lugar, la relación entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción. En ese marco, la relación no lineal ni causal, sino determinante en ultima instancia, entre base y superestructura. La base, como el factor de producción y reproducción de la vida real. Desigualdad entre ellos.

En tercer lugar, División del trabajo. Ideología, desarrollo de la conciencia y relación entre las clases. Dominación. La universalidad de la cultura como característica de la burguesía y el modo de producción capitalista.

Como tentativo, podemos ayudarnos con el texto de Luckac´s (Introducción a los escritos estéticos de Marx y Engels, en “Sociología de la Literatura”) sobre la relación entre esencia y apariencia, en este marco el rol del arte. Y por ultimo, adentrarnos en la discusión mas específica sobre realismo, las características que resaltan y debían tener para Marx y Engels, en relación a las cartas y críticas a distintos libros. La contraposición entre realismo y arte de tendencia o arte tendencioso.


Podemos partir, estableciendo la relación del hombre con la naturaleza. Cómo a través de miles de años, nos explica Engels en “Dialéctica de la naturaleza”, esta relación ha ido desarrollando al hombre tanto desde el punto de vista fisiológico (el desarrollo de la mano, como órgano y producto del trabajo) como también desde la conformación de su vida genérica. El trabajo como actividad vital, la vida productiva, como constitutivo del hombre. Con su trabajo se crea a si mismo, se transforma en hombre y a su vez va dominando y cambiando asimismo la naturaleza. Es en este proceso, donde se produce la objetivación de la esencia humana, donde el desarrollo de los sentidos es considerado como el producto del trabajo humano acumulado. Marx dice que es la música, la que crea en el hombre el sentido por la música.
La relación del ser esencial del hombre en términos de utilidad, presenta las potencias esenciales del hombre objetivadas en la forma de objetos sensoriales, pero enajenados.

El objeto que el trabajo produce, se presenta y enfrenta como un ser extraño, independiente del productor. El producto es el trabajo hecho cosa, es la objetivación del trabajo que aparece como pérdida del objeto y desrealización del trabajador.
Sin embargo, todos los objetos se convierten en la objetivación de si mismo a través de su trabajo, mientras el hombre mismo se convierte en el objeto.

Según Marx, el objeto de arte, en cuanto producción, no solo se presenta como objeto para el sujeto, sino va creando también en la recepción, un sujeto para ese objeto.


2) Siguiendo con lo anterior, es importante destacar, que la producción y reproducción de la vida real, es el factor determinante, en última instancia, del resto de los elementos, ya sean de orden jurídico, político, artístico, filosófico, etc.

La relación base superestructura no es ni lineal ni causal, ni significa que determinado desarrollo de las fuerzas productivas produzca una determinada producción “ideológica”.
Desde este punto de vista, Marx lo explica, a través del ejemplo en la construcción de las pirámides en Egipto, la relación con el clima, el trabajo necesario para la supervivencia, el trabajo “social” y el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. También, por qué el arte griego no podría existir separado de la mitología, como explicación del mundo.
Las mitologías se presentan como falsas representaciones de la naturaleza en tanto se relacionan con un determinado desarrollo económico. Según Marx, podemos determinar el nivel cultural de un pueblo en relación al metal con el que fabrican sus armas, adornos, etc.
Tampoco decimos que la relación es lineal, los elementos de la superestructura interactúan entre sí, tienen ellos mismos leyes propias y reactúan sobre la base económica, dentro de las leyes de la totalidad de la sociedad, según Luckács.
Así, se establece una relación desigual en la que por ejemplo, según Marx, ciertas épocas de florecimiento artístico no se condicen con el desarrollo general de la sociedad.



3) Ahora bien, estos elementos de la superestructura, se encuentran o pueden entrar en contradicción con las relaciones existentes. Esto basa su explicación en que las relaciones existentes están en contradicción con las fuerzas de producción.
Este choque entre las relaciones de producción y el desarrollo de las fuerzas productivas, es lo característico del cambio en los modos de producción y la apertura de épocas revolucionarias.

Los hombres hacen su historia bajo medios dados que lo condicionan y bajo relaciones sociales ya existentes. El desarrollo de la conciencia se produce cuando se puede representar algo mas allá de la practica existente, y esto a su vez se produce a través de la división social del trabajo, la división entre trabajo físico e intelectual.
También dentro de la clase dominante hay quienes se dedican a la producción de las ideas, que se presentan como ideas dominantes de la época, expresando en términos ideales la relación material existente. Cada nueva clase dominante se ve obligada a presentar su interés como el interés común de toda la sociedad. Sin embargo, las teorías revolucionarias presuponen la existencia de una clase revolucionaria.
La característica del capitalismo, en relación a los anteriores modos de producción, es que es tal el desarrollo de las fuerzas productivas que le confieren al sistema un carácter universal. Este permanente cambio, revoluciona y se traslada a las todas las relaciones sociales.
Marx y Engels, dicen en el Manifiesto Comunista, que la producción intelectual de una nación se presenta como patrimonio común, así como la literatura se transforma en universal.

4) Sin embargo, la realidad se nos presenta como fragmentada o desmembrada. Luckács explica que la relación dialéctica entre esencia y apariencia se basa en momentos de la realidad objetiva, como productos de distintos niveles de realidad mas allá de la conciencia humana, como una dialéctica de la totalidad. Para este autor, “el verdadero arte tiende a la profundidad y a la extensión” en el sentido de tratar de abarcar esta totalidad, profundizando en la esencia tras las apariencias, pero no por eso abstrayéndolas, sino en la misma confrontación, en su movimiento.

Para Marx y Engels, no es necesario que en la obra estén expresados explícitamente los intereses y objetivos políticos del autor, ni que ofrezca una salida a los conflictos sociales.
Para ellos el realismo, se expresa más allá de los intereses del autor. Reivindican a Balzac en cuanto muestra en sus obras las grandes fuerzas sociales en pugna, la pujante burguesía en ascenso y la caída de la aristocracia, con los cuales, sin embargo, simpatizaba políticamente.
Entonces, el realismo “significa reproducir caracteres típicos en circunstancias igualmente típicas”. Los personajes representan a determinadas clases e ideas de su época. Así, critican entonces los personajes en las obras de Lasalle o de Minna Kautsky, por ser demasiado idealistas o por no mostrar las demás fuerzas sociales en ese momento, como la alianza con la ciudad o con los movimientos campesinos.

La tendencia, en el arte, debe surgir de las situaciones y de la acción, debe reflejar las verdaderas relaciones sociales, y poder trastocar el “sentido común”. Esa es la relación que veo entre esencia y apariencia en Luckács, en la relación dialéctica de la totalidad antes mencionada, y en este sentido puede pensarse un determinado rol asignado al arte.



1 comentario:

arte y praxis politica dijo...

En la Filosofía del Derecho, Hegel afirma que el individuo es hijo de su tiempo y que, por eso mismo, si es necesario decir “una palabra acerca de la teoría de cómo debe ser el mundo”, sólo se puede afirmar que la filosofía “llega siempre demasiado tarde”. Pese a sus profundos vínculos con la filosofía hegeliana, Marx procurará, según muchos han interpretado, definir en términos más estrechos aquella compleja relación entre teoría y praxis que había soslayado Hegel hacia el final de su vida. A partir de estas consideraciones y del texto de Cecilia, me gustaría poner en discusión el modo en que Marx piensa la relación entre presente y futuro o entre ser y deber ser ya no en lo que respecta a la filosofía sino más bien a la obra literaria. La pregunta que me gustaría introducir en esta discusión atañe la forma en que entienden Marx y Engels el potencial crítico del arte. Más precisamente, mi inquietud sería si la crítica de lo real que realiza la obra de arte realista incorpora –y si lo hace, ¿de qué modo?- algún componente de carácter utópico.